lunes, 20 de junio de 2011

Don Carlos Saúl: el Profeta criollo

Muchos personajes de la política vernácula se han caracterizado por hacer promesas fastuosas que, indudablemente, son muy difíciles de cumplir; por no decir imposibles. Es es caso de nuestro expresidente de la Nación, el Doctor Carlos Saúl Menem, que además de salariazo y revolución productiva prometió, a mediados de su segundo mandato, poder realizar vuelos estratosféricos a Japón en tan solo dos horas. Risas mediante, la promesa se convirtió en anécdota y hasta el día de hoy generaba risas...


El insólito discurso presidencial  fue presentado al comienzo al ciclo lectivo de 1996 en Tartagal (Salta),  donde se informó a los niños de una humilde escuelita en el empobrecido Norte argentino que se licitaría un sistema de vuelos estratosféricos. Dijo Menem en aquella ocasión: "desde una plataforma que quizás se instale en la provincia de Córdoba. Esas naves espaciales van a salir de la atmósfera, van a remontar a la estratósfera y desde ahí elegir el lugar donde quieran ir de tal forma que en una hora y media podamos, desde Argentina, estar en Japón, en Corea o en cualquier parte".21 "Parece un sueño, pero está en marcha. No me lo contaron: yo recibí a los empresarios de la compañía de aviación estadounidense Lockheed»".Como la firma Lockheed había sido directamente involucrada en el tema por Menem, el representante de la compañía aeronáutica, Harry Radclifee, explicó el proyecto en los siguientes términos: "El presidente se refería a un programa actualmente en desarrollo en EEUU. Es un programa de la NASA que ahora está en la fase uno. Es la fase preliminar, la de diseño y desarrollo".

Radcliffe indicó que los primeros vuelos espaciales servirían para colocar satélites en el espacio con fines científicos y que a partir del año 2005 «podría haber vuelos con pasajeros». 

Durante esta semana los diarios se hicieron eco de una noticia que podría confirmar que la promesa incumplida por el ex primer mandatario argentino, aun puede ser posible. Solo hay que esperar hasta 2050. ¿Necesitaremos llegar a esa fecha para ver concretadas las demás promesas, entre ellas, las del salariazo y la revolución productiva?


Presentaron el proyecto de un avión que uniría París y Tokio en dos horas y media


Podrá subir hasta los 32 km de altitud, cuando un avión común no supera los 10 mil metros. Transportará a entre 50 y 100 pasajeros y el consorcio aeronáutico europeo planea tenerlo listo para el 2050.


Aquel fallido anuncio del ex presidente Carlos Menem en el recordado discurso de 1996 sobre los “vuelos espaciales en el país” y los “viajes a la estratósfera”, podría no sonar ahora tan bizarro, con la nueva presentación de un avión supersónico que para el 2050 uniría en dos horas y media París con Tokio.

El proyecto de avión supersónico es del consorcio aeronáutico europeo (EADS y no contaminaría porque se movería por la estratosfera. Desde el trágico final del Concorde, la idea de un avión de alta velocidad parecía abandonada, pero los constructores buscan sobre todo diseñar aparatos más ligeros y que consuman menos combustibles.

En la víspera del Salón Aeronáutico de Le Bourget en Francia, el constructor europeo EADS, propietario de Airbus, ha desvelado su proyecto ZEHST (siglas en inglés de Transporte de Alta Velocidad Cero Emisiones), un avión hipersónico -más rápido que un supersónico- de cero emisiones de CO2.

“El avión del futuro lo imagino como ZEHST”, explicó a la agencia de noticias AFP el director general delegado de Tecnología e Innovación de EADS, Jean Botti.

El ZEHST contiene todos los ingredientes de una gran novela de ciencia ficción: los motores destinados al despegue funcionarán con biocarburantes a base de algas y una vez en altitud, el aparato utilizará motores parecidos a los de un cohete, que ya no funcionarán con biocarburantes, sino con hidrógeno y oxígeno, por lo que "son totalmente limpios y no emiten más que vapor de agua", explicó Botti.

Este avión podrá subir hasta los 32 kilómetros de altitud, cuando un avión tradicional no supera los 10 mil metros. El asiento del pasajero oscilará para que no tenga la impresión de estar subido en una montaña rusa.

La ventaja en ese momento es que “no se contamina, usted estará en la estratosfera, la contaminación será transparente para nosotros”, según Jean Botti. Para el aterrizaje, el piloto cortará los motores y comenzará su descenso planeando antes de poner en marcha los motores clásicos del aparato.

Para Botti, “la solución ecológica está en el límite del espacio. No es un avión, no es un cohete, es un avión-cohete comercial”.

El ZESHT tendrá una capacidad para entre 50 y 100 personas y por ahora no es más que un boceto, aunque EADS ya ha previsto un calendario: una primera versión de demostración para 2020 y su puesta en servicio para 2050.

Según informaron desde la EADS, este proyecto tiene buenas garantías de concretarse porque las tecnologías necesarias ya están desarrolladas. Los motores de cohete ya existen: Astrium, filial espacial de EADS, ya los diseña para el turismo espacial. Los carburantes a base de algas también están ya preparados, según un portavoz.

El proyecto fue creado en colaboración con Japón y con la Dirección General de la Aviación Civil francesa.

(Fuente: agencias)

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